¿Marco regional beneficiaría a proyectos geotérmicos?

América Central forma parte del "Anillo de Fuego" que rodea el Océano Pacífico, orígen de explosiones volcánicas y terremotos.

Al mismo tiempo, la actividad volcánica por lo general significa la presencia de corrientes subterráneas de lava fundida, que generan la energía geotérmica, un recurso con muchas ventajas sobre las alternativas.

Dado que el proceso utiliza el vapor desde el núcleo de la Tierra, no contamina.

A diferencia de las plantas hidroeléctricas, que no funcionan en épocas de sequía, así como a diferencia de las turbinas eólicas, que son inútiles a menos que sople el viento, la energía geotérmica es constante.

La región tiene un potencial de al menos 5 mil megavatios de energía geotérmica, según las agencia de ayuda alemana GTZ.

Esto representa más de una quinta parte del total de la demanda actual de electricidad.

Por el momento, no ha habido mucha inversión en la producción de energía geotérmica.

Polaris Energy, una empresa con sede en Estados Unidos, está desarrollando un proyecto geotérmico de 72 MW en Nicaragua.

Costa Rica y El Salvador tienen operaciones de este tipo.

Más inversión se atraería a la región, si hubiera una mayor uniformidad en las normas que regulan este tipo de producción, según un estudio reciente realizado por la Universidad de Rejkjavik, en Islandia, un generador importante de energía geotérmica.

La operación de un proyecto geotérmico no es cara, puede costar mucho para perforar pozos en busca de fuentes de vapor, que se encuentra hasta los 5 mil metros de profundidad.

En América Central, los inversores enfrentan no sólo los desafíos técnicos, sino también los diferentes regímenes regulatorios, lo que aumenta el costo de hacer negocios.

La armonización de las normas, permitiría que los productores operan regionalmente de manera eficiente, de modo que atraiga a los inversiones, y que reduzca los costes energéticos, así como la contaminación.