Aeropuerto del siglo XXI

Julio Ligorría Carballido 
La Prensa Libre, Guatemala

Según dice el director de Migración, se busca llevar un registro detallado de quienes entran y salen de Guatemala burlando las normas de seguridad. Por favor, ¿a quién le quiere ver la cara? El mismo proceso se lleva hasta ahora con bastante eficiencia: las aerolíneas reciben la información electrónica de los viajeros al momento de documentarles y la central de cómputo de Migración “debería” indicar si hay alguna restricción para que viajen. 

Uno no se explica cómo las líneas aéreas tienen interconexión online con el servicio de inmigración de los EE. UU. en tiempo real y no con Migración en Guatemala. Inexplicablemente, el director de Migración quiere que el proceso no se haga en esta forma, sino regresemos 20 años a los sistemas antiguos, en los cuales el viajero quedaba a merced del funcionario que esté de turno en los centros de revisión migratoria en el aeropuerto. 

Así que si ahora ya se hacen colas largas en las horas pico de vuelo, imagine cómo nos irá cuando seis —sí, seis— funcionarios de Migración revisen una por una las boletas de mil pasajeros y digan si logran leer lo que se escribe a la carrera y a veces apoyándose en el equipaje, para informar que se sale o entra del país.

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