Cambios en el FMI

 Simón Cueva
La Prensa ,Honduras

Una vez nombrada como nueva directora gerente del FMI, a Christine Lagarde le esperan grandes desafíos. La primera papa caliente es la situación griega y de otros países europeos con serias debilidades, incluyendo Portugal, Irlanda e incluso España.

Varios países enfrentan situaciones fiscales muy delicadas, tendrán que tomar decisiones que probablemente impliquen una reestructuración de su deuda (aunque sea disfrazada) y los mercados internacionales están cada vez más reticentes a creer que los planes de ajuste sean suficientes y políticamente factibles de implementar. Así se interpreta la decisión de Moody”s, que bajó en cuatro escalones la calificación de riesgo de Portugal quitándole el grado de inversión.

 La situación puede complicarse más cuando el Banco Central Europeo inicia una subida de tasas de interés por temor a presiones inflacionarias. Por su procedencia europea, Lagarde será observada con cuidado, por temor a que el FMI no actúe de forma equitativa frente a la crisis europea en comparación con otras áreas del mundo cuando han estado en problemas.

El segundo ámbito en el que tendrá que actuar es en la representación y el peso de las diferentes regiones en las decisiones del FMI. Se respetó, una vez más, la tradición que sugiere que el jefe del Fondo sea europeo, pero está claro que la economía mundial ha sufrido grandes transformaciones desde la creación de los organismos multilaterales de Bretton Woods y que el creciente peso de las economías emergentes necesita reflejarse más marcadamente en dichos organismos. Será otra área de escrutinio, incluyendo la sucesión del segundo de a bordo, John Lipsky, que finaliza su mandato en agosto. ¿Se romperá ahí la otra tradición de que ese puesto sea ocupado por un estadounidense?

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