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Wednesday 27 July, 2011
Raúl Minondo Ayau
El Periódico, Guatemala
Nadie se alegra de lo sucedido en Noruega, la gran mayoría condenamos el terrorismo y a los terroristas. Digo casi todos pues en Guatemala los terroristas, hoy por hoy, se tratan como héroes, hacen gobierno y de allí persiguen a quienes les combatieron cumpliendo un mandato constitucional. Noruega ya nunca será la misma, tampoco los noruegos pues este “acto necesario” como lo calificó quien aparentemente lo ejecutó, deja una cicatriz imborrable.
Lo curioso y es importante hacerlo ver es que los noruegos prueban, quizá por primera vez, la misma medicina que nos recetaron por décadas: terrorismo salvaje y sangriento. Recordemos que Noruega fue de los principales financistas y simpatizantes de los terroristas guatemaltecos, la URNG. De hecho no extrañaría saber que de Noruega se financian muchas ONG fachadas para continuar hoy la guerra por otros medios. La intervención de Noruega en asuntos internos nuestros, como financiar terroristas, es un asunto grave.
¡Otra vez ONG corruptas que nadie fiscaliza y que no pagan impuestos! Otra vez “funcionarios” parásitos nacidos, o mal nacidos, de los acuerdos de paz. Es importante que se les juzgue y se les castigue. ¿Por qué la suciedad civil en estos casos no pega el grito al cielo? ¿Hay parcialidad o complicidad? Las ONG deben desaparecer o jugar limpio. Se deben fiscalizar, deben tributar y no deben ejecutar fondos públicos. ¡Estas “organizaciones” son fuente inagotable de corrupción y corruptos!