Elecciones y economía

Miguel Gutiérrez
La Prensa, Guatemala

Recientemente sale a luz la preocupación por la importancia del proceso electoral sobre la economía. Lo que sí puede afectar el ciclo económico son las políticas económicas que toma un gobierno a sabiendas de que va de salida, o que su horizonte de planeación se reduce hasta la fecha de salida de gobierno. Este último argumento sí puede presentar cambios en las condiciones económicas, ahora que se percibe un deterioro de las finanzas públicas no visto en décadas.

El hecho de que la construcción y mantenimiento de infraestructura se encuentre semiparalizado, la carencia de financiamiento para planillas y cierre de año, el hecho de que el Gobierno se encuentre emitiendo deuda que vence en diciembre, son síntomas no solo de que las cosas en el Gobierno no están muy bien, sino que van a estar muy mal si no se toman medidas correctivas lo antes posible. Reparar y ordenar las finanzas públicas actuales lleva algunos semestres, lo suficiente como para inmovilizar un gobierno entrante al menos 18 o 24 meses. 

El deterioro y el problema de las finanzas públicas cuenta con un problema adicional: la política fiscal no es alquimia. Este tipo de problemas no se solucionan de forma rápida o con solo desear que se arreglen. Las medidas llevan tiempo aprobarlas, y más tiempo aplicarlas, y más tiempo que cobren efecto. El tema fiscal no es para tomarlo a la ligera. Aproximadamente 10% de la economía hoy se encuentra enferma y no se visualizan en el corto plazo medidas para curarla. ¿Tendrá el país la madurez para embarcarse en esta dolorosa agenda a tiempo? Es una curiosidad que no durará mucho tiempo.

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