Panamá y el desarrollo turístico

Elsie E. Muñoz C.
Prensa.com, Panamá

Para todos es un gran orgullo saber que nuestro país fue escogido como el mejor sitio para visitar este año por uno de los diarios más reconocidos del mundo, The New York Times. Esta buena publicidad nos coloca en el foco en materia turística.

La maravillosa naturaleza que tenemos, nuestros sitios históricos y nuestras tradiciones resultan muy atractivas para los visitantes, sin embargo, tenemos carencias como la falta de infraestructuras, una inadecuada cultura de servicio y el evidente deterioro de muchos sitios. Son deficiencias que no podemos ocultar al mundo.

No obstante, hay algo más que nos afecta a todos, propios y foráneos, ¡la basura! La triste realidad es que ciudades, pueblos, ríos, playas y calles están inundadas de basura y, con ello, todos sufrimos las consecuencias que ese mal manejo acarrea. Muchos dirán que se trata de un problema de nuestros municipios, del Gobierno y del Presidente, que no han sabido manejar la situación. Lo cierto es que es un problema de todos y, por eso, no tenemos que esperar a que venga el Gobierno a recoger la basura que dejamos tirada en cualquier esquina. El deber del Gobierno es recolectar la basura de los contenedores y mantener las calles limpias del polvo o las hojas secas, no de los papeles y envases que tiramos. Además, debe darle un manejo responsable a los desechos, pero eso es tema para otro artículo. De este mal no se escapa nadie, no importa su estrato social, edad o nivel educativo. He visto personas de todas las edades con el mismo mal comportamiento, lanzando desperdicios desde la ventana de un bus o de un auto de lujo último modelo. Nuestra responsabilidad como ciudadanos es depositar la basura donde corresponde y no improvisar cestos alrededor de los postes de luz o esconderla para que no se note. Es educar, de la mejor manera, a través del ejemplo. Para luego dirigirse a los más cercanos, familiares o amigos y hacerles notar que no es correcto tirar la basura en cualquier lado. Si cada uno de nosotros aporta su granito de arena, muy pronto se empezará a notar la diferencia.

Se han lanzado muchas campañas para tratar de cambiar este comportamiento, pero si no asumimos nuestra responsabilidad ante los problemas, ninguna campaña nos hará cambiar. La desidia ciudadana frente a estas dificultades o faltas es la principal razón que impide el desarrollo pleno de nuestro país.

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