Seguro camino hacia Estados Unidos mejora remesas

Las remesas de los centroamericanos han incrementado este año, a pesar de que la economía de Estados Unidos no es particularmente fuerte.

La explicación contradice las creencias arraigadas sobre cómo y por qué la gente emigra.

La sabiduría convencional sostiene que las personas huyen de sus países con el fin de escaparse de una combinación de inseguridad y pobreza.

Sin embargo, los emigrantes tienden a ser jóvenes y sanos, lo que significa que las familias, que dejan tras de sí, son más débiles y menos capaces de lidiar con los problemas de la delincuencia.

Tampoco las condiciones económicas locales explican los patrones de migración.

El reciente aumento en el número de los migrantes guatemaltecos, hondureños y salvadoreños —que representan el crecimiento de las remesas— no es el resultado de más pobreza en sus países de origen.

Al contrario, el crecimiento económico desde 2008 ha sido más fuerte en Guatemala y Honduras, que en Estados Unidos, mientras que El Salvador se ha mantenido estable.

Tampoco lo son los migrantes los más pobres, ya que la emigración cuesta dinero.

Para llegar a Estados Unidos, los centroamericanos deben cruzar miles de kilómetros de territorio mexicano.

Incluso los viajes en autobús tiene un precio, por no hablar de los honorarios de los “coyotes”, que guían a los inmigrantes ilegales a través de la frontera con Estados Unidos.

En este caso, el cambio en los patrones de migración, así como en los flujos de remesas, se debe a una reducción en el riesgo de ser secuestrado y detenido para el rescate, a lo largo de la ruta.

México sigue sufriendo graves la violencia del narcotráfico.

Pero la presión y la ayuda de grupos de derechos humanos ha hecho que sea más fácil llegar a Estados Unidos, y los centroamericanos se están aprovechando de la oportunidad.