Terminó otro período eleccionario

Rafael Rodríguez Loucel
La Prensa Gráfica, El Salvador

Las elecciones son un evento necesario para ensayar la democracia de un país. Es una consulta a los gobernados. Es la única manifestación de voluntad de una sociedad, la clásica encuesta final. Son fidedignas cuando el perfil de los participantes o actores en la contienda son de calidad integral, léase: humana, profesional y probidad comprobada, sobre todo en un país que requiere de esas cualidades en forma urgente e inaplazable en vista de la complejidad de su crisis.

En todas partes –y en el país en particular– se requiere de un sistema socioeconómico y político de oportunidades reales en lugar de un discurso trillado y ortodoxo. Tampoco se necesita de ofrecimientos “individuales” de un paraíso terrenal que todavía son un eco en las plazas públicas y en los lugares de debate.

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