¿Fue de Izquierda La Revolución de 1979?
Thursday 29 December, 2011
José Iñigo
El Nuevo Diario, Nicaragua
Otro de los nueve, Humberto Ortega Saavedra, que se define a sí mismo como el estratega militar de la insurrección, llena un inmenso volumen con anécdotas insignificantes en el orden militar y político, que le sirven –a él- para satisfacer su megalomanía. La psicosis de grandeza le induce a presentar banalidades en el epílogo del libro (“Epopeya de la insurrección sandinista”), que serían sus tesis reaccionarias, algo que él, con ingenuidad, llama centrismo:
“El centrismo como un eje de acción y conducta es un término que pienso podría ayudar a las distintas fuerzas de izquierda y derecha, para manejar mejor las contradicciones existentes en nuestra sociedad, incluyendo las antagónicas, como un medio civilizado para consensos y acuerdos políticos, en el marco del Estado de derecho. El centrismo que aliente al capital y a las fuerzas sociales a producir en armonía las riquezas.”.
El centrismo –desde la óptica marxista- es una corriente política, histórica, inestable, cuando las distintas capas de las masas rompen con su dirección reformista y, según las circunstancias, oscilan, por falta de consciencia, entre el reformismo y el comunismo, en un vaivén, coyunturalmente progresivo, que se expresa racionalmente bajo el concepto de autonomía de las masas respecto a los partidos políticos.
En este caso, el centrismo al que hace referencia HOS es sólo una pueril y vulgar definición geométrica, donde concurriría la conciliación de explotadores y explotados, para producir “en armonía” las riquezas. Es el ideal de un oportunista, que ignora las contradicciones de la realidad social de producción.