¿Qué ganamos en la OEA?

Wilmer Pérez
La Prensa, Honduras

Parece que a don Pepe le da rasquiña que la OEA, esa corporación decrépita que no es capaz de solventar una guerra entre cucarachas y chapulines, no nos tome en cuenta en sus asambleas continentales.

Pero, al fin, don Pepe parece estar convencido de que el reintegro no será tan rápido como él quiere, tanto que el fin de semana anterior restó importancia a los resultados de la asamblea. Esa es como la fábula de la zorra al tratar de alcanzar las uvas, cuando dijo “no las quiero comer... no están maduras”.

Personalmente creo que desde la ambivalente posición de su secretario general Miguel Insulza con respecto a lo ocurrido en Honduras hace un año, todo cuanto diga hoy sólo demuestra su hipocresía y falta de personalidad e independencia. Recuérdese que en julio del año pasado, este ponzoñoso personaje fue quien encabezó la lucha para que fuéramos expulsados de la OEA y hoy quiere lavarse las manos con un “yo no fui”.

Sin embargo, calló cuando Cuba, una dictadura que desangra a su pueblo desde hace 50 años, fue aceptada después de largas décadas de aislamiento, y tampoco rechistó cuando el dictador Hugo Chávez se apoderó de todas las instituciones democráticas venezolanas y las puso a su servicio. El mismo día de su reintegro Cuba calificó a la OEA, reunida en San Pedro Sula, de ser un armatoste en ruinas y confirmó que no le interesaba volver a la organización hemisférica. Leer más…