¿Recursos naturales o migajas naturales?
Wednesday 01 September, 2010
Oscar Clemente Marroquín
La Hora, Guatemala
Uno de los puntos del comunicado de los obispos de la Conferencia Episcopal de Guatemala estuvo centrado en el tema de la minería y la explotación de los recursos naturales de Guatemala que una vez concesionados dejan de ser recursos del país porque a nosotros apenas si nos queda una miserable migaja. ¿Puede acaso calificarse de otra manera que una Nación perciba el uno por ciento del producto de la explotación de recursos no renovables como pasa con la minería?
En realidad es una vergüenza que únicamente se explica por las movidas que han hecho los funcionarios públicos para concesionar de esa manera la riqueza del país. No cabe explicación lógica, salvo el trinquete que ha enriquecido a los que han tenido que ver en el negocio, que pueda justificar la desvergüenza de poner una cifra que ni siquiera sirve para taparle el ojo al macho.
Por cada dólar que se embolsan los concesionarios, a Guatemala le queda un centavo y eso es a cambio de renunciar para siempre a recursos no renovables que se van para no volver. Ni el oro, ni el hierro, ni el níquel ni el petróleo retoñan y por lo tanto su explotación tendría que dejarle a Guatemala un rendimiento decoroso.
Y ello sin tomar en cuenta el daño ecológico que se causa y que debiera ser reparado, además, con creces porque afecta prácticamente toda forma de vida en el país.
Obviamente los funcionarios públicos son los culpables del saqueo, que no cabe otro término, a que se somete a Guatemala, pero no dejamos de tener nuestra cuota de responsabilidad los ciudadanos que vemos cómo se alzan con nuestros bienes sin que siquiera hagamos el esbozo de una protesta.
Lo mismo que cuando se apropiaron de valiosos y rentables bienes del Estado en el campo de la energía y de la telefonía, hechos corruptos que dejamos pasar como si tal cosa y nos conformamos con entrar a la "modernidad" de disponer de teléfonos sin darnos cuenta de cuánto se están llevando fuera de Guatemala los concesionarios que tienen utilidades multimillonarias.