Anarquía institucional

Walter Guillermo Del Cid Ramírez
La Hora, Guatemala

Estamos inmersos en un entorno en el que, prácticamente, cualquier persona a cargo de una entidad pública hace lo que le da la gana. No importa si con su proceder se pasa de lado la ley misma. El contradictorio título de esta columna tiene esa connotación. Las instituciones hacen y deshacen a su antojo y con su proceder desafían la autoridad de la ley o simplemente la ignoran.
Se hacen de la vista gorda cuando con sus errores arrasan al indefenso poblador y atropellan su dignidad al imponerle sanciones o efectuarle cobros ilegales. En consecuencia, son instituciones, sí, pero con un comportamiento anárquico.