Asumiendo responsabilidades
Friday 21 October, 2011
Juan Ramón Martínez
La Tribuna, Honduras
El subdesarrollo hondureño, también es mental e irresponsable por consiguiente. Las élites, responsables por el mismo o por su ausencia, asumen casi siempre comportamientos infantiles cuando de análisis crítico se refiere. Como niños recién salidos de las faldas de madres muy ocupadas, siempre le echan la culpa de todo a los demás, a la mala suerte, a Dios, al imperialismo, a los Estados Unidos, a Mel Zelaya y últimamente a la naturaleza. Sin embargo, en algunos momentos, cuando la presión pública aumenta y las obras físicas –carreteras, puentes y ciudades son abatidas por las lluvias– como ocurre ahora, empiezan a aflorar algunas expresiones de responsabilidades.
Por primera vez en muchos años, el Colegio de Ingenieros Civiles –que igual que los otros colegios profesionales, sirven de muy poco para el bien común– ha reconocido que construyen obras mal diseñadas; y que los puentes y las carreteras tienen una vida útil muy corta porque en las construcciones, se atiende más el momento que la durabilidad y el costo antes que la permanencia. De modo que aunque todavía está por explicar por qué sabiendo lo que saben, aceptan comprometer sus nombres y el de sus compañías; y ejecutan obras que profesionalmente saben que son frágiles y por ello de escasa duración. Sin que la vergüenza les llegue a la cara siquiera. Esto está pendiente que lo expliquen.
El gobierno tendrá en algún momento que darnos explicaciones a los ciudadanos del por qué prefiere gastar más en sueldos de burócratas innecesarios –dicen que por cada cargo hay cuatro que pueden ser despedidos porque no son necesarios– que en obras duraderas. El por qué prefiere construir desde de parámetros de bajo costo antes que antes que tomar en cuenta la durabilidad de las obras y por consiguiente la duración de las mismas. Y porque han rebajado los estándares mínimos de seguridad, disminuyendo el número de alcantarillas y la ampliación de las cunetas por kilometro de vía. Estas explicaciones nos la deben a la ciudadanía, porque estamos empezando a cansarnos de la impericia de los gobernantes, de la irresponsabilidad de quienes creen que pueden engañar simultáneamente a la ciudadanía y a la naturaleza, así como de la inmoralidad de algunos que además de engañarnos, se aprovechan de tales movimientos para llevarse algunas monedas mal habidas a sus bolsillos, para ampliar sus economías mal habidas.