Cinco pendientes del Estado
Tuesday 02 November, 2010
Harold Caballeros
El Periódico,Guatemala
El Estado lo integran los tres organismos: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, por tanto comparten la responsabilidad de los logros o fracasos. Hay una lista de cinco tareas pendientes fundamentales: 1. Las reformas a la ley del Renap están estancadas en el Congreso y la intervención nunca fue declarada por el Ejecutivo. Los meses pasan y los resultados son pobres. Rectificar el rumbo y asegurar el futuro de una institución importante es una responsabilidad compartida por el Ejecutivo y el Legislativo.
2. El fortalecimiento del Tribunal Supremo Electoral (TSE) por la vía del presupuesto, la búsqueda de apoyo internacional y voluntad política es, no obstante su independencia, también tarea del Ejecutivo, además necesita blindar a la institución de las presiones que algunos de los partidos políticos buscan ejercer sobre el Tribunal.
3. Las Leyes de Seguridad. Hace ya más de cuatro años que trabajamos la propuesta del Plan Visión de País, aprobada y firmada por todos los partidos políticos. Sin embargo, los legisladores no han demostrado compartir con la población el interés que todos tenemos en la seguridad de la ciudadanía. ¿Cuáles son las causas y quienes son los interesados en detener estas iniciativas indispensables para el país?
4. Ajustar el Presupuesto de Ingresos y Egresos de la Nación a la realidad. No podemos acumular déficit, cuando ya tenemos la mayor deuda en toda la historia. Tarea del Ejecutivo y Legislativo, que debe apartarse de las maniobras políticas, donde se comercian las obras a cambio de apoyo para continuar con un presupuesto deficitario, que, además, no corresponde a las verdaderas aspiraciones ni necesidades del pueblo guatemalteco: la seguridad y la justicia.
5. La necesidad de una política de reactivación económica, que provea de empleo a los guatemaltecos. No puede ser que sigamos regalando dinero, que ni siquiera es nuestro. Estoy de acuerdo con los programas sociales, si estos tienen un plazo definido y una vocación productiva.