Competitividad: ¿más de lo mismo?

Hugo Maul R.
El Periódico, Guatemala

Mucho se ha dicho acerca de la importancia de la competitividad como marco de referencia para la política de comercio exterior. Después de más de 15 años de esfuerzos, el país sigue estancado en un clima de negocios poco propicio para los negocios, altos costos para la producción y poca capacidad para aprovechar la apertura de mercados.

Estos esfuerzos han sido intermitentes: cuando un gobierno se interesa por el tema, el próximo se olvida del mismo. Aunque existe un consenso mínimo acerca del papel que el comercio exterior juega en el desarrollo de un país, y de la competitividad como marco de referencia para estos esfuerzos, la falta de prioridades y continuidad en las políticas ha provocado que los esfuerzos se diluyan y no se alcancen los resultados deseados. 

Los objetivos de la política de comercio exterior deben ser evaluados críticamente: cuestionar qué tan importante es continuar con la actual estrategia de diversificación de la oferta exportable y ampliación de mercados; decidir si la prioridad debe ser abrir nuevos frentes de negociación de tratados comerciales o fortalecer la capacidad competitiva en los mercados ya existentes; decidir si la política se concentrará en promover “sectores ganadores” o en mejorar los incentivos de manera transversal. 

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