Conspiraciones cavernarias

Sergio Zavala Leiva
La Prensa, Honduras

Ha sido el propio presidente de la República don Pepe Lobo el que ha denunciado públicamente en forma reiterativa las pretensiones de algunos personajes criollos, sin identificarlos, para destituirlo de sus funciones, sin que hasta al momento los órganos investigativos del Estado se hayan pronunciado sobre la realidad o falsedad de esta grave denuncia; mientras tanto, flotará en el ambiente un sentimiento inquietante, más aún en las fuerzas productivas del país y en los inversionistas foráneos, lo que en nada abona o contribuye a nuestra estabilidad política como un factor de desarrollo.

También la prensa nacional se ha hecho eco de algunas especulaciones en torno a la destitución del presidente de la Corte Suprema de Justicia y del Fiscal General como exigencia de algunos países, sobre todo de aquéllos que giran en torno a la órbita chavista, para reconocer la legitimidad de la elección de don Pepe como Jefe de Estado y para acceder a la reinserción de Honduras en el sistema interamericano conjuntado en la Organización de Estados Americanos.

En nuestro sistema legal se distinguen y se identifican plenamente todos los poderes del Estado hondureño que le son complementarios entre sí, entre los que se encuentra el Ejecutivo y el Judicial, cuyos titulares según los díceres aludidos se pretende defenestrar, bien entendido, al margen de la ley, pues no existe ninguno de los motivos que la Constitución autoriza para ello.

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