Controles cambiarios podrían ser malos para Costa Rica
Monday 16 January, 2017
Cuando hay muchas restricciones en un mercado, los intermediarios siempre buscan portillos o crean alternativas para evadirlas, eso es lo que podría suceder en Costa Rica con las nuevas reglas cambiarias impuestas por el Banco Central.
Muchos controles son malos para el mercado, ya que generan interrogantes y desconfianza entre los consumidores que podrían creer que “algo anda mal”.
Con las nuevas reglas que entraron a regir desde el 22 de diciembre, presentadas por el Banco Central (y que no compartió con el órgano regulador, Sugef), fuerza a las entidades financieras a tener que comprar o vender dólares más allá de su apetito de riesgo.
En los casos más extremos, esto tendría un costo importante en la entidad, que incluso podría ser transmitido al consumidor.
Así las entidades con patrimonios más dolarizados, tendrán que vender dólares o aumentar los préstamos en esa moneda, entre otras opciones.
Los que son más colonizados en su patrimonio, requerirán comprar dólares para aumentar su patrimonio de divisas o reducir los créditos en esa moneda, entre otras medidas.
Los efectos en el tipo de cambio dependen de las estrategias que vayan a utilizar las entidades financieras en sus tenencias de divisas.
Hoy, sin conocer qué harán, no se podría afirmar que el tipo de cambio vaya a tener una tendencia a depreciarse con mayor profundidad de la esperada en 2017, o bien, a apreciarse.
La norma limita la forma como los bancos pueden determinar su posición cambiaria, siendo más restrictiva que antes.
Incluso, para muchos expertos, viola los principios de la supervisión basada en riesgos y vuelve a uniformar acciones estilo “checklist” de cumplimiento.
Lo que dice la norma en simples palabras, es que en un plazo de dos años, todas las entidades financieras deberán igualar la proporción de su posición cambiaria respecto a su patrimonio, con la proporción de sus activos en dólares entre el activo total.
Todos los bancos tienen activos en dólares, por lo cual la norma restringe la posición cambiaria a positiva en todos los casos.
Se toma como punto de partida el 30 de noviembre del año pasado para generar esta relación.
A setiembre de 2016, los bancos mostraron una proporción, de activo en dólares entre activo total, del 47 por ciento y una posición respecto a su patrimonio expresado en moneda extranjera del 29 por ciento.
Para cerrar dicha brecha entre ambas razones, las entidades deberán realizar un proceso gradual, además de que admite diferentes estrategias, indica el Banco Central.
Cada una de las estrategias dependerá de la tolerancia al riesgo del respectivo intermediario y su capacidad para administrarlo, lo que no debería traer mayores problemas de volatilidades en el tipo de cambio, han indicado los jerarcas del Banco Central.
La diferencia entre la compra y venta de dólares que requerirían los bancos en este proceso, implica una demanda neta cercana a los $700 millones, que tendría que aportar el Central con sus reservas, explican los expertos.
Varias entidades financieras consultadas mostraron dudas sobre las implicaciones en la adopción de la norma.
No quisieron detallar al respecto de sus acciones, asimismo están en un proceso de análisis de las repercusiones de dichas disposiciones por parte del Banco Central.
“Estamos en un momento de acercamiento y contacto con el Banco Central para revisar los alcances de esta norma. Para nosotros es importante completar este proceso de revisión antes de tomar decisiones o emitir criterios y tener claridad de las implicaciones finales para los bancos y por lo tanto para el mercado”, explicó Jean-Luc Rich, gerente general de Scotiabank.