Cultura, desarrollo y competitividad
Thursday 08 December, 2011
Omar Zambrano
Prensa, Panamá
Por años, especialistas han tratado de establecer si hay una relación entre la cultura de una sociedad y su potencial para lograr desarrollo. Samuel Huntington (q.e.p.d.), profesor emérito de la Universidad de Harvard, ilustra el caso mediante una comparación entre dos países: Gana y Corea del Sur.
En 1960 ambas naciones tenían iguales niveles de producto interno bruto per cápita (PIB/cápita) y sus economías estaban principalmente basadas en la producción de bienes primarios. Los dos recibían el mismo monto de asistencia económica internacional. Con el pasar de los años, Corea del Sur se convirtió en un gigante industrial y tecnológico que hoy por hoy constituye una plataforma para multinacionales, y una potencia en la exportación de automóviles y equipos electrónicos. Gana, desafortunadamente, continúa siendo un país sumido en el subdesarrollo.
¿Pero qué explica esto? Para Huntington, la cultura se define como el conjunto de valores, aptitudes, creencias y orientaciones que subyacen la conducta de los seres humanos. Algunos sostendrían que esta diferencia es atribuible a las políticas que cada país adopta. Sin embargo, esto no resuelve el dilema de por qué algunos países son más propensos a adoptar ciertas políticas y otros no. Según Huntington la clave radica en el hecho de que los coreanos practican ciertos valores básicos –que han ido reforzando– en el plano de la educación, la organización, la disciplina, el esfuerzo y la propensión al ahorro.
De paso, para algunos, la cultura representa un factor de tanto peso que el subdesarrollo es solo la manifestación de un estado mental o cultural. Según este enfoque más conservador, la cultura más que las políticas es la clave para el desarrollo. Otros sostienen que la cultura es uno de los factores (pero no el único) que inciden sobre el desarrollo. Esta versión más liberal si se quiere sostiene que es precisamente a través de políticas y el ejercicio de liderazgo político que se pueden progresivamente promover cambios culturales.