De vuelta a la integración centroamericana

Gustavo León-Gómez 
El Heraldo, Honduras

Nuestra Constitución contiene ciertos enunciados y principios que establecen el camino que la República debe seguir y que se originan en la voluntad soberana del pueblo hondureño que, a través de los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente de 1981, interpretó y determinó su voluntad política, la cual se transformó en la Constitución actual y de la cual nadie se puede separar sin incurrir en responsabilidad.

Si tuviésemos líderes con visión de estadistas y un pueblo educado que comprendiera las decisiones que nuestros políticos toman, nos daríamos cuenta de que, al apartarnos del camino de la integración en procura de intereses locales de cada político que dirige las cinco naciones que conforman el istmo, estamos privando a los pueblos centroamericanos precisamente de los enunciados que la Constitución determina como objetivos prioritarios y permanentes de la República y que se resumen en "la justicia, la libertad, la seguridad, la estabilidad, el pluralismo, la paz, la democracia representativa y el bien común".

Debemos exigir a nuestros líderes que retomen el camino de la integración, aun cuando estas decisiones no necesariamente favorezcan sus mejores intereses, pues en vez de cinco opciones políticas podría haber solo una al final, pero es de eso que trata el liderazgo verdadero, de anteponer los intereses personales y priorizar los intereses de la colectividad, sin cálculos políticos. Cuando esto ocurra, veremos nacer los verdaderos líderes de la nueva República de Centroamérica.

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