Defectos del congelamiento
Wednesday 24 November, 2010
L. Fernando Rivera
El Heraldo, Honduras
La anunciada crisis de los frijoles, ocasionada por la tormentas tropicales de esta temporada, fue el detonante para que los poderes Ejecutivo y Legislativo encontraron la ansiada oportunidad para hacer su cierre político del presente año. Sin creatividad, congelaron varios productos de la canasta básica.
Ya esta medida fue implementada en el pasado, con resultados debajo de mediocres. Pero genera excelentes niveles de popularidad y votos. En la actualidad se quiso disfrazar de combate a la especulación, pero su fondo es exactamente el mismo que sus antecesores.
La fijación de precios por cualquier ente es ilegal. El artículo 5 de la Ley de Defensa y Promoción de la Competencia reza que "se prohíben los contratos, convenios, prácticas concertadas, combinaciones o arreglos entre agentes económicos competidores o competidores potenciales, escritos o verbales, cuyo objeto o efecto fundamental sea cualquiera de los siguientes: 1. Establecer precios, tarifas, o descuentos;…".
Otra imperfección del decreto es que se fija un precio único a nivel nacional para cada producto. Con esta aberración comercial, es imposible administrar la complejidad de los costos de distribución. Inclusive en el caso de los combustibles, producto controlado por el gobierno, existen diferentes precios dependiendo de su lejanía del puerto de recepción.
Obviaron también las diferencias entre los canales de comercialización. Nadie espera pagar el mismo precio por un producto en un hipermercado, un mercado municipal y una pulpería. Cada canal tiene su complejidad, sus costos, sus riesgos, y sobre todo, su margen de intermediación. El cliente es quien escoge cuál puede pagar.