El café es nuestra esperanza
Friday 23 September, 2011
Noé Pineda Portillo
La Tribuna, Honduras
Quien pudiera imaginarse que Honduras llegara a ocupar el primer lugar en producción de café cuando a principios del siglo pasado no valíamos nada y comenzando la segunda década de este siglo llegamos a ese pináculo desbancando a Guatemala, El Salvador y Costa Rica como máximos productores tradicionales. No obstante que tales países se favorecieron en la acumulación capitalista al darle paso a su incipiente desarrollo industrial.
Ahora nos preocupa cuando leemos en los periódicos que Honduras demanda, nada menos que de un millón de trabajadores para la cosecha de este año. La cosecha del café no es tan difícil como el corte de caña o cualquier otra producción agrícola, en esta labor puede participar toda la familia, hombres, mujeres y jóvenes, sin mayores riesgos, excepto rodar por las pendientes montañosas cuando son inclinadas donde están los cafetos.
La cosecha de este año es alentadora, tanto para los caficultores, como para los obreros o cortadores, pues cada galón lleno de café cortado vale 25 lempiras o más y hay familias que pueden generarse hasta 500 lempiras diarios. Por lo general la gente que participa en los cortes de café hondureños procede de las áreas fronterizas de El Salvador, Nicaragua y en menor cuantía de Guatemala, así como los nacionales. Lo difícil es trasladar gente de las áreas urbanas marginales a estas labores. Aquí es donde el gobierno debe crear incentivos como por ejemplo un bono que sea patrocinado por algún porcentaje de la exportación y el cual puede ser controlado por el mismo Banco del Café; pues esto en definitiva beneficia al país entero. Los precios del café a nivel internacional han estado mejorando y esta alza puede ser la salvación o la esperanza, en gran parte para la economía nacional.