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El indispensable y equitativo aumento general de salarios

Wednesday 14 December, 2011


Juan Jované
Panamá América, Panamá

En los actuales momentos en que se discute el ajuste al salario mínimo resulta útil e ineludible reflexionar en torno a la necesidad de un incremento general de los salarios, en cuanto constituye un mecanismo para corregir una creciente inequidad que surge del modelo de funcionamiento de la economía.

Pese a que la economía panameña ha logrado crecer a una tasa de 7.8% promedio anual entre el 2003 y el 2010, lo cierto es que la participación de las remuneraciones de los trabajadores en el PIB se ha visto notablemente desmejorada, pasando del 35.0% el primero de estos años al 31.8%. en el último de los mismos. Esta pérdida tiene el carácter de una tendencia prácticamente secular, habida cuenta que este coeficiente alcanzó al 37.8% en el 2000.

Para comprender el real significado de la lo anterior resulta necesario aclarar algunos aspectos fundamentales. El primero de estos se refiere al hecho de que el fenómeno no se puede explicar por una reducción del porcentaje del empleo total que está constituido por obreros asalariados. En efecto, de acuerdo a cifras oficiales, el porcentaje de la población ocupada bajo la relación salarial se mantuvo prácticamente invariable entre el 2003 y el 2010, colocándose en 65.5% el primero año y en 65.9% el segundo. Definitivamente tampoco se trata de un fenómeno que pueda explicarse por una caída de la productividad. Si bien no existe una medición directa general para la productividad de los asalariados, lo cierto es que, de acuerdo con las cifras oficiales disponibles, se puede concluir que entre el 2004 y el 2010 la productividad del trabajo en nuestro país se elevó en 32.7%, tasa a la que de acuerdo a la teoría económica convencional debería haber hecho crecer los salarios reales, los que, sin embargo, se vieron estancados en dicho período.

Nos encontramos, entonces, en una situación en la que la caída de la participación de las remuneraciones de los asalariados solo puede explicarse por la pérdida de la capacidad de negociación de los mismos, generada por la política neoliberal, así como por la presencia de un significativo proceso inflacionario, explicado en buena parte por la creciente especulación que surge de los oligopolios que operan en el ámbito de los productos básicos. Esto último generó entre el 2003 y el 2010 un incremento del Índice de Precios al Consumidor Urbano de 27.2% y de 46.0% en su componente de alimentos.

Si se calcula en términos corrientes la pérdida que han sufrido los asalariados entre el 2003 y el 2010 a causa de la profundización de la inequidad en la distribución del ingreso, la misma alcanza a los B/ 3,406.35 millones. Frente a esta situación el incremento general de salarios, junto a una efectiva política de control de los oligopolios, resulta ser una necesidad ineludible de justicia social, cuyo objetivo no es otro que el de reponer a los trabajadores de los derechos de los que han sido despojados. La movilización por este objetivo debe ser una prioridad para los movimientos progresistas del país.

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