El Salvador entre maras y pactos de paz

La violencia afecta muy severamente el clima de negocios en América Central, concuerdan todas las asociaciones empresariales del istmo.

Y la experiencia de Colombia, en sentido contrario, lo comprueba. En Colombia --alguna vez el principal campo de batalla en América Latina de carteles de droga y ejércitos rebeldes-- es ahora toda una historia de éxito regional en la economía.

Ahora El Salvador, cuya historia es algo similar a la de Colombia, lucha para contener una ola de violencia, y con cierto éxito según el presidente, Mauricio Funes.

Ayer dijo Funes que ahora el país registra unos 20 homicidios por cada 100 mil habitantes. Una proporción escalofriante, pero todo un éxito comparado con los 67 mil del año pasado.

La baja aparentemente ha sido resultado del pacto al que llegaron en febrero las "maras" con las autoridades del ejército y la iglesia.

Insiste el gobierno en que no participó en la tregua, y de todas maneras es frágil. Sin embargo, los propios pandilleros quieren fortalecerla.

Ayer miembros de la mara Barrio 18 se reunieron con una delegación de --¡nada menos!-- la Organización de Estados Americanos en el central penal de El Salvador. Quieren los muchachos de tatuajes y cicatrices que la organización sirva de garantía de la tregua entre las pandillas.