El tiempo corre inexorablemente, funcionarios...

Rafael Castellanos
La Prensa Gráfica, El Salvador

“Los funcionarios tienen contados los días para sus logros o fracasos. Hay tiempo para reflexionar, tener mística, tratar de ser eficiente, denunciar la corrupción. ¿Estoy loco? Quizá, pero hay esperanza.” Los funcionarios difícilmente piensan en la temporalidad de su cargo, su actitud está más enfocada al culto del ego que a la importancia de su misión.

“El Sr. funcionario tiene muy complicada su agenda esta semana, la Sra. funcionaria está de viaje, el Sr. funcionario está lleno de juntas importantes esta semana, veremos si tiene suerte la siguiente, llame de nuevo”... suena la voz afectada de la asistente que reafirma la importancia de su jefe. Así es difícil atender a quien es su deber atender. Y la siguiente ya no es una semana, son tres o un mes.

Esto aplica casi a cualquier funcionario latinoamericano,pero nos interesa a todos los que lidiamos diariamente con el Estado, que somos muchos, los que usan hospitales públicos, quienes tramitamos en autónomas, municipalidades o ministerios, desde simples papeles a importantes asuntos. La percepción general es que la tramitología ha empeorado en todos los órdenes, y eso es de ponerle importancia.

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