El vecino innovador

 

América Latina y el Caribe han estado muy presentes en la prensa internacional. Nuestra región se ha ganado el respeto de inversionistas y la envidia de Gobiernos en otros continentes por su notable recuperación tras la recesión global. 

 

Los artículos describen a una región dinámica, lista para iniciar una década de prosperidad sin precedentes. Pero también advierten que para alcanzar nuestro verdadero potencial debemos resolver varias tareas pendientes.

 

En muchos casos, estamos trabajando para resolver esos problemas con soluciones que emanan de las propuestas de Gobiernos, académicos, y el sector privado. Esto representa un gran cambio en la región. Históricamente hemos buscado inspiración en los países más desarrollados. Hoy los innovadores somos nosotros mismos.

 

Infraestructura. Tomemos, por ejemplo, el caso de la infraestructura. El mal estado de las vías de transportes, ferrocarriles y puertos de América Latina y el Caribe limitan nuestra productividad. Nadie duda de que debemos invertir más en obras y mantenimiento. Hay países que están trabajando precisamente en ello. Colombia ha desarrollado un sistema de transporte y logística de calidad mundial. Uruguay está modernizando sus puertos. Perú y El Salvador han perfeccionado programas donde empresas locales mantienen carreteras y caminos rurales. 

 

Muchos analistas advierten que invertimos poco en investigación científica y desarrollo tecnológico. De hecho, aún dependemos demasiado de nuestras exportaciones de materias primas. Existe una alternativa y Brasil es un ejemplo de ello. La conclusión es clara: podemos resolver nuestros problemas, si entre todos aprendemos de los éxitos logrados por nuestros países vecinos. El Banco Interamericano de Desarrollo está financiando proyectos que buscan innovar y replicar llevando a gran escala soluciones autóctonas.