Fuga de cerebros
Tuesday 13 September, 2011
Manuel Orlando Cabrera Candray
La Prensa Gráfica, El Salvador
“Libre, y para mí sagrado, es el derecho de pensar... La educación es fundamental para la felicidad social; es el principio en el que descansan la libertad y el engrandecimiento de los pueblos.”
Sabio pensamiento del gran político mexicano Benito Juárez pues resulta inobjetable que si la educación es el fundamento de la armonía y desarrollo de un pueblo, la pérdida de las personas más educadas de una sociedad deviene en un país disfuncional y subdesarrollado.
Solo a los gobiernos incapaces les conviene gobernar a una masa poco educada y mal instruida. Un gobierno inteligente y capaz está en el deber de fomentar la educación de su pueblo, esencia misma para que funcione el régimen democrático.
Una población educada e informada puede sentar la base crítica necesaria para mantener el sistema de pesos y contrapesos esenciales en una democracia no solo formal sino real, así como exigir le rindan cuentas y pasar la factura a gobiernos que no satisfagan sus demandas, castigándolos con su desprecio en las urnas.
Es por lo tanto, de interés nacional, educar a nuestra gente a los grados más altos de la academia; y, luego generar las condiciones objetivas y subjetivas de conciencia para que aquellos que alcancen este cometido no emigren y puedan contribuir con sus conocimientos al bienestar general de todos y al desarrollo del país.