Gasto público irracional

Amílcar Santamaría
La Prensa, Honduras

Aunque parezca increíble, el Gobierno de don Porfirio Lobo, según informes publicados por los medios de información, se apresta a aumentar el gasto público, que de por sí es el más alto en América Central. En Europa, en Japón, en Estados Unidos y en todo el planeta, los gobiernos están reduciendo sus gastos, a efecto de atenuar los efectos devastadores de la crisis económica global.

Muchas de esas naciones son ricas y pertenecen al Primer Mundo. Pero los altos niveles de desempleo, la crisis del comercio, los problemas de la moneda y, en suma, las perturbaciones experimentadas por su estructura económica, los han convencido de que deben implantar programas de austeridad para normalizar sus condiciones.

Por el contrario, entre nosotros se habla de aumentar el actual presupuesto (cuando faltan pocos meses para que termine el año) en por lo menos cuatro mil millones de lempiras. Nadie sabe de dónde saldrá ese dinero, a menos que sea del llamado supertasón fiscal, que fue creado hipotéticamente para combatir el crimen. La pretensión de aumentar el gasto público es no sólo un grave error, es también una violación de los compromisos firmados por nuestro país con el Fondo Monetario Internacional. Y si este yerro se consuma, la crisis se agravará y sabe Dios cómo estaremos a finales de año o a mediados de 2012.

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