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La baja ejecución presupuestaria

Thursday 19 August, 2010


Ernesto A. Quijada Díaz

La Estrella, Panamá
 
Si en este país hay una persona que quisiera darle respuesta a los grandes problemas, a los medianos y a los chicos también, esa persona se llama Ricardo Martinelli. Hemos sido testigos a lo largo de su administración de que, a diferencia de otros mandatarios, éste exige trabajo, concreción de obras y cumplimiento de lo establecido en el presupuesto de rentas y gastos.
 
Al parecer el no conocimiento de las responsabilidades en el manejo de la Cosa Pública de algunos de los ministros de Estado y directores de entidades públicas, no los impulsa a darle el seguimiento adecuado que requieren los programas que desarrolla el gobierno. La burocracia asfixiante, la lentitud de los subalternos, los intereses que se afectan con el desarrollo, los interesados en mantener el estatus quo, resultan elementos que paralizan el desarrollo de los programas que se han diseñado para responder al clamor de las comunidades.
 
A casi un año de gobierno, existen metas cumplidas que han redundado sustancialmente en la percepción de los electores, de allí el nivel de aceptación que tienen el presidente y algunos de sus ministros. Programas como 100 para los 70, la Red de Oportunidades, las campañas permanentes del Minsalud, el accionar del Mici, en lo relativo a inversiones y captación de recursos para el país, el Mop, con su plan de casi $1000 millones en desarrollo de infraestructura vial, el Inadeh con su programa de capacitación masiva, la ampliación del Canal, el desarrollo urbanístico que tiene diseñado el MIVI, el mejoramiento del hato ganadero y las políticas agropecuarias, el Metro y Metrobús, la actualización de los planes de estudios en el sector educativo, la beca universal, los indicadores macroeconómicos del MEF, son, entre otras, respuestas que ha brindado el gobierno.
 
Pero existen varias agencias gubernamentales y lo más preocupante, ministerios, que al día de ayer ofrecen un bajo nivel de ejecución presupuestaria, lo que ha motivado al presidente a hacerles un enérgico llamado de atención. La llegada a un cargo público implica una responsabilidad ampliada para con la población y con el gobierno. No es para recibir honores y halagos de parte de quienes esperan respuestas. Y eso parecen no entenderlo algunos de los que hoy se sientan en el Concejo de Gabinete.