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La maldición de las materias primas

Friday 17 September, 2010


Andrés Oppenheimer
El Periódico, Guatemala
 
Es probable que un nuevo estudio del World Bank levante las esperanzas en Brasil, Argentina, Perú y otros exportadores de materias primas latinoamericanos. El informe expresa que, contrario a la opinión generalizada reciente, las materias primas pueden ser el motor impulsor del crecimiento a largo plazo. Pero, ¿es eso cierto? ¿O el Banco Mundial está soñando?
 
El estudio, titulado Natural resources in Latin America and the Caribbean: Beyond Booms and Busts, publicado esta semana en la Conferencia de Las Américas de The Miami Herald, contradice la firme opinión de los economistas de que grandes aumentos en los precios mundiales de materias primas como petróleo, gas natural o soya, han llevado históricamente a América Latina a gastar más allá de sus medios y a terminar en bancarrota. El nuevo estudio plantea que el auge de los bienes básicos en América Latina del 2001 al 2008 ha sido el más prolongado en la memoria reciente y que no hay una razón inexorable de que debe concluir pronto.
 
“Es menos probable que la bonanza de las materias primas en América Latina termine mal esta vez”, dijo Augusto de La Torre, economista del Banco Mundial, en la Conferencia. “Los países ricos en recursos naturales manejan mejor sus ingresos, de manera que no se van a la bancarrota cuando los precios bajan”, dijo. Perú, Colombia y Brasil países que están usando sus respectivas ganancias del auge de las materias primas para agregarles valor y mejorar sus exportaciones. Es probable que eso los ayude a conseguir un crecimiento económico a largo plazo.
 
Pero Ricardo Hausmann, profesor de la Universidad de Harvard y destacado experto en asuntos latinoamericanos, dijo en la Conferencia que no está muy optimista sobre el futuro de los países exportadores de materias primas. Comparó los casos de Venezuela y Noruega –ambos exportadores de crudo– para plantear el caso de países que dependen de una materia prima y siguen siendo pobres, mientras que países que diversifican sus exportaciones se hacen ricos.
 
Aunque el estudio del Banco Mundial exhorta a los países exportadores de materias primas a ahorrar para tiempos difíciles y agregar valor a sus bienes básicos, me temo que eso lleve a algunos gobiernos a concluir que van por el camino correcto y depender de esas exportaciones. El sentido común me dice que los países que dependen de las exportaciones de materias primas no salen bien parados a largo plazo. No es coincidencia que algunos de los países sin recursos naturales –como Luxemburgo, Singapur, Taiwán y Japón– tienen poblaciones ricas, mientras naciones con enormes recursos naturales –como Venezuela, Bolivia y Nigeria– tienen buena parte de su población viviendo por debajo del nivel de pobreza.