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La oportunidad fiscal

Friday 05 November, 2010


Manuel Hinds
Elsalvador.com, El Salvador
 
Hay mucha gente que cree que el deterioro del volumen y la calidad de los servicios gubernamentales se debe a la falta de dinero, es decir, que como el gobierno está recibiendo menos ingresos como resultado de la crisis económica, tiene menos recursos que antes y por tanto no puede cubrir los mismos gastos que el gobierno hacía anteriormente.
 
Este no es el caso. Mientras que los ingresos se endentecían en 2008 y se desplomaban en 2009, los gastos siguieron creciendo a la misma tasa que en los años de bonanza. Es decir, por razones de disponibilidad de recursos, los servicios deberían de ser más, y mejores, que los que el gobierno brindaba en los años anteriores. Pero, además de que la deuda está subiendo, el volumen y la calidad de los servicios públicos van en rápido deterioro.
 
El deterioro de los ingresos fiscales se detuvo alrededor de diciembre de 2009 y ha comenzado a recuperarse desde entonces. Pero la distancia entre los gastos y los ingresos no ha disminuido. Es decir, el déficit (la necesidad de endeudarse porque los gastos son mayores que los ingresos) ya no está aumentando, pero tampoco está disminuyendo.
 
Esto no es sostenible en el largo plazo porque, mientras exista esta diferencia, el país tiene que endeudarse para poder cubrir el presupuesto. Por supuesto, la deuda podría incrementarse sin problema si la economía estuviera creciendo, aumentando su capacidad de pago. Pero no está creciendo, o lo está haciendo muy poco.
 
La solución a este problema puede tener tres formas: una, aumentar impuestos; dos, disminuir los gastos, y tres, una combinación de los dos. Europa tiene ahora déficits enormes porque aumentaron sus gastos sociales por encima de lo razonable y porque los gobierno tuvieron que gastar enormes cantidades en salvar sus sistemas financieros en los últimos dos años. Ahora, igual que El Salvador, estos países tienen que decidir en qué forma van a reducir sus déficits y reactivar sus economías para volver a entrar en una trayectoria sostenible de crecimiento. Los países europeos lo haciendo por los dos lados: subiendo los ingresos fiscales pero disminuyendo sus gastos también.