Lecciones de Europa

Frank La Rue Lewy
Prensa Libre, Guatemala

Nunca pensamos que llegaría un día en que estaríamos observando a una Europa en crisis profunda que puede llegar a amenazar la existencia misma del euro como moneda o incluso de la Unión Europea. Europa, en primer lugar, sufre las consecuencias de la desregulación bancaria y financiera en Estados Unidos, que permitió la absorción de unos bancos por otros y la creación de paquetes crediticios peligrosos con poca garantía. Esta forma de especulación se trasladó pronto al mercado inmobiliario, en el cual, para acelerar el movimiento financiero, se concedieron créditos hipotecarios con un bajo enganche y con el atractivo de bajos intereses, pero con precios sobrevaluados que no alcanzaban a ser garantía plena del crédito y, en el momento de ejecutar una hipoteca, no cubrían el monto de la deuda.

Cuando esta crisis estalla se traslada a los bancos y aseguradoras y se descubren también grandes estafas. Esto explica el movimiento de los indignados que protestan frente a Wall Street y en California, pues ven cómo esta crisis generó un desempleo masivo, cómo muchos han perdido sus viviendas y, sin embargo, los directores de financieras, bancos o aseguradoras siguen como si nada hubiera pasado. Los grandes responsables, según ellos, son Wall Street y la banca central (Federal Reserve Board).

Cuando Greenspan, presidente de la Reserva Federal por muchos años, fue citado a declarar frente al Senado estadounidense, ofreció perdón y dijo: “Yo sinceramente siempre pensé que el mercado se regularía a sí mismo. Hoy veo con que eso no es cierto”, para justificar por qué la banca central no intervino a tiempo para regular la actividad inmobiliaria y prevenir la crisis.

Estos créditos viciados se trasladaron también a Europa y esto trasladó allí la crisis financiera, pero en Europa no todos los países tienen la misma capacidad económica para enfrentarla.

En algunos países el fenómeno es más profundo, como Grecia, Portugal, España y ahora Italia.

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