Los antisistema y la indignación estéril
Wednesday 25 May, 2011
Carlos Alberto Montaner
El Periódico, Guatemala
Se hacen llamar, con cierto orgullo, los “antisistema”. En España miles de jóvenes han ocupado algunas plazas para protestar contra la falta de oportunidades. El desempleo general ronda el 20% de la fuerza laboral, pero entre los menores de 30 años ese porcentaje se eleva al 43. Los antisistema no solo protestan contra el desempleo.
Protestan contra los políticos que recortan el estado de bienestar, y contra el sistema económico –el capitalismo, simbolizado por los bancos. Quisieran un Estado que les facilite vivienda digna, atención sanitaria y educación gratuitas; trabajo bien remunerado y jubilación decorosa. Tales aspiraciones no son descabelladas –algunas sociedades las han satisfecho–, pero la única oportunidad para alcanzarlo es dentro del sistema, no fuera.
Es lo que hicieron las naciones del primer mundo, donde la mayoría vive como clase media. Esas sociedades desarrollaron un denso tejido empresarial altamente competitivo. En todas ellas, los ciudadanos entienden que el enemigo no es el sector empresarial, pues es donde se crea riqueza, y que los bancos son instituciones financieras muy importantes que intermedian entre los que tienen capital y quienes lo necesitan.