Narcotráfico y violencia de maras

Rafael Castellanos
La Prensa Gráfica, El Salvador

“Una teoría emergente sobre el combate al narcotráfico es que esa lucha y los muertos no debemos ponerlos nosotros combatiendo el paso, sino darle paso libre, sin que dejen droga ni corrompan nuestra sociedad.”

La estrategia planteada por el ministro de Seguridad es buena. En lo que específicamente se refiere a la interrelación entre narcos y la violencia de maras, asesinatos y extorsiones principalmente, muy territoriales, dice hay que concentrarse en las maras y sus territorios. ¿Y su relación con el narcotráfico? es la pregunta obligada.

Nosotros no estamos en la situación de México, Guatemala y Honduras en que el narco infiltró profundamente ejército, policía y altos niveles políticos. Algo tenemos contagiado, diputados, alcaldes, policías, algunos jueces y algunos políticos de altos vuelos, pero no se han tomado las instituciones. Estamos a tiempo de evitar ese cáncer terminal, el esfuerzo nacional debe orientarse a ello de forma inteligente. No se le puede ganar a los narcos por la fuerza, tienen demasiados recursos, compran gente, autoridades y países, no juegan con reglas, el ejemplo fallido es México.

Es fundamental tener claro que el objetivo del narco es llevar su carga al lucrativo mercado de Estados Unidos y que solamente usan Centroamérica como paso. El narcomenudeo no es su objetivo; este se origina principalmente para sortear las dificultades que ponemos para detener la carga en el camino. Compran gente, pagan con droga y así inicia.

Costa Rica y Nicaragua parecieran tener una política no declarada de ver hacia otro lado, algo así como “mientras pasen por lugares alejados, no dejen droga en el camino, no corrompan mi sociedad, no miramos”, palabras figuradas pero como menciona un analista de seguridad “si uno no se mete con el narco, él no se mete con uno”.

¿Es el narco el que fomenta y alimenta a las pandillas? La evidencia parece ser que no; los narcos no utilizan a las maras para su negocio principal, pasar la droga hacia el norte, les dan algunas asignaciones como sicariato y crímenes menores, aunque sin duda los grandes narcos están contentos de que la violencia de pandillas mantenga ocupados al aparato de seguridad, policía, jueces, etcétera, así no se ocupan de ellos. Pero nada indica que sean el eje, los maestros titiriteros del complejo fenómeno de las maras.

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