Necios y ciegos
Monday 13 June, 2011
Julio Escoto
El Heraldo, Honduras
Asisten a foros sobre seguridad, les instruye Naciones Unidas acerca de las causas del fenómeno y el deterioro, les ilustran técnicos y consejeros pero es inútil: la única manera en que conciben el combate a la criminalidad es con policía y represión, dejando al componente educativo fuera de sus programas y cálculos.
Pero si Belice exhibe índices bajos de delincuencia no es porque la colmen fuerzas armadas, sino por el sustrato cultural propio de su nación; y si Costa Rica muestra estadísticas menos sanguinolentas es a causa de mejores manejos morales que los hondureños, esto es, asentamientos éticos más sólidos y que tienen que ver en forma profunda con sociedades integradas en torno a lazos de identidad coherentes entre sus habitantes, a más justicia social y a menos odio instilado y educado.
Comunidades, no hay duda, caracterizadas por obvios síntomas de subdesarrollo: ignorancia y superstición incluso estatalmente propaladas, pobreza e inequidad, lo cual significa, mayoritariamente, desigual distribución de la riqueza. ¿Hasta cuándo los políticos y potentados de Honduras comprenderán que la ola sigue subiendo? ¿Por qué Nicaragua, tan empobrecida como nosotros, no sufre esta exacerbada violencia? Por el factor de cultura que nuestros encargados de seguridad olvidan o ignoran en totalidad.