Palestina, de nación ocupada a Estado independiente

Mario Argueta
El Heraldo, Honduras

El Presidente Mahmoud Abbas ha presentado formal solicitud al Secretario General de las Naciones Unidas a efecto que el Consejo de Seguridad vote a favor del otorgamiento de estadidad a Palestina, cuyo territorio ha sido deliberadamente fragmentado y parcialmente ocupado por Israel, con un doble propósito: imposibilitar la creación de un estado viable, con contigüidad territorial y adquirir, vía conquista, territorios ajenos para asentar en ellos a sus excedentes demográficos. Esa ha sido una política sistemática, intensificada por el actual gobierno hebreo.

Para evitar que la aspiración palestina reciba al menos nueve votos de los quince que integran el Consejo de Seguridad, entre miembros permanentes y no permanentes, desde ya Estados Unidos los está presionando a fin de impedir la legítima aspiración de todo un pueblo. De no obtener el resultado esperado, cuenta, en última instancia, con el poder del veto, lo cual bloquearía la iniciativa palestina. Pero ese nuevo veto desacreditaría aún más a Washington ante la comunidad internacional, ya que evidenciaría una vez más su política nada equilibrada que vuelca todo su respaldo diplomático, militar y económico hacia una de las partes en detrimento de la otra.

Debe recordarse que todas las resoluciones de la Asamblea General de la ONU, a partir de la número 181 emitida en 1947 incluye el deber de crear dos estados, el israelí instituido en 1948 y el palestino el cual aún está pendiente de constituirse ante la oposición armada y la intransigencia de las autoridades judías.

En tanto ese prolongado y complejo conflicto no sea resuelto de manera pacífica y equitativa para ambas partes, será imposible alcanzar una paz consensuada en el Medio Oriente. De hecho, Israel con sus políticas expansionistas e inflexibles lo que ha logrado es un mayor aislamiento, al punto que tanto Egipto como Turquía, hasta fechas muy recientes aliados fácticos de Tel Aviv, han reexaminado sus políticas bilaterales y han decidido otorgar su respaldo a la causa palestina pro estadidad, al concluir que Israel no busca negociaciones de buena fe, y que, por el contrario, ha saboteado cualquier intento de alcanzar un consenso, lo que implica el retorno a las fronteras existentes antes de la guerra de 1967, la devolución de Jerusalén Oriental y las tierras anexadas en Cisjordania y el derecho al retorno de miles de palestinos que sobreviven en países vecinos en calidad de refugiados.

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