Pensando en el gasto público
Tuesday 28 September, 2010
Alejandro Alle
ElSalvador.com, El Salvador
El debate sobre el tema fiscal suele ser ríspido. A ello contribuye la desafortunada costumbre de permitir que el verdadero análisis de los datos sea reemplazado por la falsa síntesis de la pseudo-ideología. Esa que se escucha de uno y otro lado. Y que nada le aporta a quienes debieran ser, pero suelen no ser..., los beneficiarios del gasto público.
Si hablásemos de "bienes públicos" financiados con el aporte de los contribuyentes, y no de "gasto público" a secas, con la connotación negativa que implica, comprenderíamos mejor el vínculo que debiera existir, pero suele no existir..., entre los impuestos que el Estado cobra y lo que la sociedad recibe a cambio.
El énfasis de la acción estatal, y en esto existe consenso entre los economistas, debiera ser "pro-pobre" y "pro-crecimiento", simultáneamente. Ambos objetivos no tienen por qué ser excluyentes, como muestran varios países recientemente encaminados al desarrollo: Irlanda, Chile y los tigres asiáticos.
La problemática no es exclusiva de El Salvador: la semana pasada el economista Orlando Ferreres publicó en La Nación, de Buenos Aires, un artículo titulado: "Impuestos aceptables para toda la sociedad", proponiendo "una reforma que simplifique los impuestos..., y los haga fáciles de controlar", para minimizar su impacto en la inversión y favorecer el empleo productivo. Cuidando el clima de negocios.
Aunque Ferreres hablaba de la Argentina, sus reflexiones aplicarían perfectamente a El Salvador, donde el Ministerio de Hacienda acordó a inicios de este año con el Fondo Monetario Internacional un "escenario macroeconómico base de mediano plazo", según el cual los ingresos tributarios pasarían de ser el 13.1% de los $22,260 millones de PIB estimados para el año 2010, al 16.1% de los $30,327 millones de PIB estimados para el año 2015.