Peripecias turísticas

Roberto C. Ordóñez
La Tribuna, Honduras

A todos los turistas les pasan vainas en sus periplos. Unos se pierden en ciudades y lugares extraños. A otros los estafan en hoteles, restaurantes y cantinas y a otros los dejan varados en los aeropuertos por horas y a veces por días; pierden las conexiones por el retraso de los vuelos o llegan a los hoteles y se encuentran conque la reservación hecha con anticipación no está registrada en el sistema de cómputo.

Todos regresan de sus viajes con un montón de aventuras para contar a sus familiares y amigos, pero lo que les pasó a unos turistas españoles que recientemente nos visitaron es digno de contarse en forma escrita, como intentaré hacerlo.
Después de atravesar el Atlántico en un cansado viaje y con 4 niños de corta edad, llegaron por fin a Tegucigalpa donde sus amigos y parientes los esperábamos con los brazos abiertos. Su plan era volar dos días después a la paradisíaca isla de Roatán, pero veamos lo que les pasó.

Al llegar el día previsto en su itinerario, se presentaron a la hora en punto en Toncontín, para encontrarse conque al agente de viajes se le había olvidado reservarles el vuelo de La Ceiba para Roatán, obligándolos a cambiar sus planes y volar al día siguiente, con la consiguiente incomodidad de deshacer maletas y todo lo demás.

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