Poder, gobierno y la asamblea constituyente
Wednesday 06 July, 2011
Marcio Enrique Sierra Mejía
La Tribuna, Honduras
La cuestión política “está que arde” debido a la explícita manifestación de varias fuerzas populares de inclinación socialista que ven en la Constitución un ideal al que adecuar sus aspiraciones y, en la aparente receptividad del gobierno, señales a favor de la convocatoria a una asamblea constituyente. Este es el asunto político que causa la mayor incertidumbre entre las fuerzas liberales conservadoras para favorecer las aspiraciones ideológicas y el continuismo de Porfirio Lobo.
La Constitución de 1982 se trazaron las líneas maestras del actuar político en la sociedad hondureña posterior al régimen militar. Las cuales en los tiempos actuales son cuestionadas por considerarlas obsoletas. Sin embargo, hacer lo uno y lo otro no es tan simple. Primero, hay que tomar una ruta legal que implica cumplir varias etapas de prolongadas actividades burocráticas y desgaste presupuestario en tiempos de escasez de recursos que va a demorar cualquier esfuerzo que se haga en dicha dirección.
Segundo, por mucho que la oposición conservadora impute al Presidente Lobo un pretendido continuismo, la realidad es otra, dado que el nacionalismo no va en esa supuesta dirección porque le apuesta a las elecciones generales. Tercero, la mayoría de los diputados actuales se inclinan por hacer las reformas pertinentes para la reorganización del Estado, sin necesariamente, tener que instalar un poder constituyente porque aún existen fuertes dudas respecto a la modificación de los artículos pétreos.