Producción de carne bovina de calidad

 

Promover la ganadería de engorde y fortalecer la producción de carne de calidad, certificable y amigable con el medio ambiente, debería ser propósito fundamental del Estado, ganaderos, procesadores, comercializadores y consumidores.

 

Sin embargo, el hato de la ganadería de carne de Honduras por la aplicación de incorrectas políticas y por falta de visión, ha disminuido notablemente. Una de las causas principales fue que en décadas pasadas se permitió la venta indiscriminada de ganado hembra a otros países. Igual sucede, en menor escala, en el presente; al grado, que no solo importamos carne bovina de las naciones a las cuales vendimos sino que también tomaron los mercados que Honduras poseía.

 

Desde el punto de vista de reproducción y repoblación bovina, es inapropiado vender ganado hembra para que salga del país; lo mismo que sacrificarlas para consumo de su carne, cuando son jóvenes. En otras palabras, se debe prohibir el sacrificio y la exportación de ganado hembra menor de 8 años en buen estado de salud y en gestación. El sacrificio o abate de hembras menores de 8 años tiene que ser habilitado por un certificado emitido por un veterinario que justifique el descarte.

 

En estos tiempos que Estados Unidos y otras comunidades certificaron plantas procesadoras hondureñas, es oportuno que la industria de la carne establezca un sistema de clasificación, que provoque alta competitividad y fortalezca consistencia de la calidad en cuanto a la textura, suavidad, jugosidad, color, sabor y aroma, vida útil de la carne y conformación de la res. 

 

Es importante conocer las exigencias de los consumidores que integran los mercados a los que se destina el producto, con el fin de crear y ajustar estrictos protocolos de calidad en nuestros sistemas de producción, teniendo en cuenta la raza de los animales, su edad, la alimentación, las condiciones de transporte, de faena, temperatura, tiempos de maduración, tipo de envasado, etc.