Que esperen los pobres
Friday 25 June, 2010
Arturo Jofré
La Republica, Costa Rica
Costa Rica ha fallado en su lucha contra la pobreza y no hay mucha esperanza de salir de este pantano. Dado que todavía no hay una estrategia clara que nos permita ver una luz en este largo y trágico túnel, las esperanzas de un avance significativo en esta materia se van diluyendo inexorablemente.
Por eso, deseo compartir con los lectores algunos elementos que he seleccionado del libro que acaba de publicar la Academia de Centroamérica, “Hacia el Fortalecimiento de las Políticas de Combate a la Pobreza en Costa Rica”, cuyos autores son los académicos Víctor Hugo Céspedes y Ronulfo Jiménez. Bajo mi responsabilidad he destacado los siguientes planteamientos:
El país pasó de una estrategia coordinada para enfrentar la pobreza, la que se materializó con la creación del IMAS en 1971, a una estrategia de dispersión institucional que se inició apenas tres años después con la creación del FODESAF. Hoy existen 34 programas especiales, diseminados en decenas de instituciones, sin haberse podido establecer un sistema básico y eficaz de coordinación. El IMAS, a casi 40 años de su creación, llega a menos del 10% de los hogares pobres y, antes del programa Avancemos, ni siquiera llegaba al 4%. Los programas contra la pobreza no llegan necesariamente a los pobres. Por ejemplo, el IMAS consume en gastos administrativos la cuarta parte de sus ingresos, lo grave es que cerca de la mitad de la ayuda que entrega la recibieron hogares que no eran pobres. Los programas especiales orientados a atacar este problema, solo canalizan el 68,3% del gasto a los hogares pobres, de extrema pobreza y vulnerables.
El crecimiento económico no necesariamente reduce la pobreza. Costa Rica presenta, en los últimos 16 años, una relación menos estrecha entre crecimiento económico y reducción de la pobreza. Por otra parte, sin crecimiento económico es difícil abordar exitosamente este problema.