Regalías, corrupción y represión
Monday 07 February, 2011
Sergio Simpson
El Nuevo Diario, Nicaragua
Esos tres componentes dominan en el gobierno de Daniel Ortega, los cuales no son la vía acertada, pues más bien refuerzan conceptos que han prevalecido en el país, y deben erradicarse si hablan de construir un sistema de justicia social.
La regalía a los pobres es la expresión cristiana del gobierno, se entrega durante un ritual cuyo discurso es inspiración bíblica, de contenido mesiánico, con un dios representado en el presidente Ortega. Quien vive en la pobreza, por supuesto, agarra lo que le regalan. Mientras, los regalones esperan que con ello la persona beneficiada muestre gratitud ante la benevolencia y jure venerar al protector.
El equipo de ideólogos del FSLN, si es que existe, está convencido de que si ese método dio réditos a los ricos y poderosos en aquella época, sigue siendo válido en las relaciones de poder en Nicaragua. Pueden equivocarse, a largo plazo son otros los intereses de la sociedad nicaragüense. La historia de rebeliones cívicas y guerras lo demuestra.
Aun cuando parte de la población pobre conciba la bondad del patrón y gobernante, y le disculpe el enriquecimiento desmedido; otros pobres y no pobres muestran indignación ante la corrupción de los funcionarios estatales. Aunque no sea la mayoría, un grupo influyente de nicaragüenses denuncia públicamente las injusticias que se comenten y va animando al pueblo a que se manifieste contra ellas. Corrupción existe en este gobierno, y muy poco, casi nada se hace para erradicarla, pues garantiza lealtades e ingresos para “el partido”.