Friday 19 April 2024

Logo Central America Link

Responsabilidad ética y penal del anestesiólogo

Wednesday 05 January, 2011


Fernando Bárcenas
El Nuevo Diario, Nicaragua
 
El ejercicio de la medicina nos ayuda a dar mayores rodeos en ese camino que fluye por sí mismo hacia la nada, a eludir por más tiempo el tránsito final al país desconocido de cuyos límites ningún caminante torna (previsión que, para Hamlet, nos hace a todos cobardes). Esta función, de interés colectivo, debe ser tutelada de forma especializada por la sociedad (que debiera mejorar, en primera instancia, las condiciones de alimentación y de trabajo de la población empobrecida).
 
Conforme avanza la tecnología en auxilio de la previsión médica y del diagnóstico certero y oportuno de los distintos procesos biofísicos de nuestro organismo, la profesión médica, que debe velar por mantener estables los parámetros que sostienen la vida, profundiza en la ciencia sus estándares de responsabilidad. Y, otro tanto, incrementa, en consecuencia, sus vínculos complejos de responsabilidad profesional con el Derecho Penal.
 
De manera, que el fenómeno de negligencia médica hay que verlo en el contexto social. En las contradicciones objetivas de la sociedad moderna. Cada caso de responsabilidad individual profesional, hay que enfocarlo progresivamente, no sólo desde las normas autónomas del Derecho Penal, sino, dentro de una dinámica social que haga prevalecer el interés colectivo sobre el interés particular.
 
Por otro lado, el impulso hacia la venganza es, quizás, la forma más primitiva de mantener viva la memoria… y las heridas abiertas. Tanto más cruel, cuanto mayor es nuestra debilidad. Obviamente, este impulso que se complace en el dolor ajeno, resulta casi irresistible como fundamento de la pena legal si.
 
Los médicos estudian medicina para salvar vidas, pero, influidos por la mano invisible que rige la economía capitalista, algunos venden su arte como mercaderes. Y vienen juzgados no en su condición de médicos, sino, de marchantes ocultos tras la mascarilla, que transan golpes de escalpelo en las condiciones azarosas de cualquier buhardilla: irresponsablemente, desde el punto de vista médico.