Reto económico brasileño, complejo como la samba

Ricardo Esmahan
Elsalvador.com, El Salvador

Teniendo el gobierno del Presidente Funes como referente al gigante del sur, Brasil, se vuelve importante analizar los desafíos y perspectivas de una de las economías que emergen como potencia mundial. Los desafíos de este gigante radican en que su geografía trabaja en su contra y su economía ha estado atrapada por la inflación. Los brasileños han pasado décadas luchando contra estos dos hechos, y es en esta última generación que finalmente han logrado progresos importantes. 

Esto requirió la implementación de una serie de políticas consistentes en mantener una deuda gubernamental extremadamente baja, un gasto federal y estatal muy restringido, y bancos líquidos, bien capitalizados y fuertemente regulados. Estas políticas de estricto control de la inflación han alcanzado un alto grado de estabilidad económica. La Inflación cayó de más de dos mil por ciento al año a porcentajes de un solo dígito.

El Brasil contemporáneo enfrenta tres problemas entrelazados que plantean retos estructurales como son: una moneda sobrevaluada, Mercosur y China. Brasil se ha abierto y ha permitido la competencia de un poder capaz de destruir su protegida industria nacional: China. Mantener la posición de convertirse en potencia emergente está fuera del control del gobierno brasileño. Su economía sigue amarrada a productos cuyos precios se establecen más allá del continente. La capacidad de suministrar esos productos depende en gran medida de su infraestructura, la que a su vez depende del financiamiento extranjero.

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