Un favor a las tabacaleras

Dina Fernández
El Periódico, Guatemala

Una vez más, tenemos evidencia de la forma opaca y amañada en que se negocian los impuestos en Guatemala. El ejemplo es cortesía de la industria tabacalera, con la providencial ayuda de sus aliados en el Ejecutivo y el Congreso. Este fin de semana, recibí un llamado urgente de un grupo de médicos. Me decían que el día de ayer, en un artículo de la Ley Antievasión II, el Ministerio de Finanzas había deslizado la restitución del impuesto al consumo del tabaco, cancelado desde el año pasado por la Corte de Constitucionalidad, (CC).

Lo grave, advertían los activistas, es que el impuesto negociado por el Ejecutivo, no solo era menor al de antes, sino que además dejaba sin resolver las objeciones señaladas por la CC y a criterio de la industria la base imponible del gravamen.  No se sabe aún cuál será la decisión final de los diputados, pero tengo entendido que existen al menos dos propuestas más respecto al impuesto al tabaco.

Según se apruebe la ley, veremos si el Congreso decide velar por la salud de los guatemaltecos o si por el contrario, el Legislativo se afana para que sean los estados financieros de la industria tabacalera, y sus accionistas, quienes luzcan fuertes, lozanos y rozagantes. Sería el colmo que intereses comerciales, que además atentan contra la salud de la población, terminaran prevaleciendo una vez más. 

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