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Un Juicio que Avergüenza a España

Tuesday 14 February, 2012


Humberto Pacheco
La República, Costa Rica

El Juez Baltazar Garzón, Magistrado de la Audiencia Nacional de España, se convirtió en el adalid de los perseguidos, torturados y desaparecidos políticos del mundo con su enjuiciamiento del dictador chileno Augusto Pinochet. Cabalgando fronteras montado en el derecho internacional, desde su tribunal en España se lanzó en 1998 a la reivindicación de las víctimas de la masacre chilena, obligando a Inglaterra a arrestar a Pinochet y debatir seriamente su extradición. Pinochet fue regresado a su país y llevado a juicio, trayendo justicia a miles de víctimas y cierre espiritual a los familiares.

En 2006 Garzón decidió que la cruzada internacional que lo llevó también a perseguir la sangrienta dictadura argentina de Videla en apoyo de las Madres de la Plaza de Mayo, había que aterrizarla en su propia tierra para investigar el genocidio cometido por el Generalísimo Francisco Franco a través de sus 39 años de dictadura militar. Luego de la Guerra Civil de 1936 Franco tomó en sus manos la conducción hermética de España, arrogándose el derecho de decidir quien vivía y quien moría, cual designado de Dios. Los más de cien mil desaparecidos, torturados y asesinados sin juicio que pesan sobre su cabeza le dan a Franco todo el derecho a figurar entre los más infames.

Durante dos años Garzón documentó decenas de miles de desparecidos en los treinta y nueve largos años de esa dictadura. Para emprender el proceso, que tocaría muchos santos grandes de la extrema derecha española, se basó en que “las leyes de amnistía (1977) no surten efecto en el Derecho Internacional cuando de crímenes de lesa humanidad se trata”, como bien reiteró el Presidente de la Comisión Internacional de Juristas, Pedro Nikken, que se apersonó a España ante los atropellos a Garzón.

Más recientemente Garzón la emprendió contra los muchos corruptos del caso Gürtel, una lacra con la que vergonzosamente tiene que vivir el gobernante Partido Popular, por lo que como plan b, por sí les fallaba el caso Franco, los extremistas de la Falange y otros grupúsculos afines también denunciaron el procedimiento de ese caso. El Juez de Instrucción, confabulando con los actores, les dio acogida.

Lo más grave es que a la petición de la defensa para que se desestimaran las causas, se sumó ni más ni menos que la del Fiscal responsable, quien manifestó que “en sus 36 años de Fiscal jamás había visto una instrucción tan insólita e insostenible”!

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