Uso y gestión del recurso hídrico
Tuesday 28 February, 2012
Aracelis Itzel Arosemena
Prensa.com, Panamá
El agua es el recurso natural más importante para el sustento de la vida en la Tierra. Aunque nuestro planeta está constituido un 70% por agua, solo un 2.5% es agua dulce, de la que menos del 1% está disponible para consumo. Por lo tanto, podemos considerar que el agua es un bien finito que debemos administrar racionalmente.
Panamá, por su ubicación geográfica, clima y geomorfología, dispone en general de abundante recurso hídrico: el volumen promedio de precipitación anual se ha estimado en 233.8 mil millones de metros cúbicos, equivalentes a unos 2 mil 924 mm de precipitación promedio anual. La orografía y régimen de lluvias en el istmo panameño determinan una red hidrográfica de 500 ríos, distribuidos en 52 cuencas hidrográficas. Las principales actividades que hacen un uso del recurso hídrico en nuestro país son: la actividad agropecuaria, los esclusajes del Canal de Panamá, el consumo doméstico (agua para consumo humano), la industria, la generación hidroeléctrica y el turismo.
No obstante, hay regiones en nuestro país donde, por efectos del cambio climático y los procesos de desertificación, exacerbados por prácticas de agricultura y ganadería extensivas y no sostenibles, la disponibilidad del recurso hídrico está seriamente comprometida. Esto incide en la aparición de conflictos entre los distintos usuarios del agua en una misma cuenca hidrográfica, especialmente en la estación seca.
Para prevenir conflictos y asegurar la disponibilidad del agua en adecuada calidad y cantidad para sus distintos usuarios, hace falta realizar una gestión integrada de recursos hídricos, tomando la cuenca hidrográfica como unidad de planificación ambiental. Se deberá, en primer lugar, completar los balances hídricos para las 52 cuencas hidrográficas de nuestro país (según el Plan Nacional de Gestión Integrada de Recursos Hídricos 2010-2030 de la Anam, hasta el momento solo se han hecho balances para 10 cuencas), con el fin de conocer realmente con cuánta agua disponemos. Esto permitirá tomar decisiones informadas para la asignación de concesiones de agua a los distintos usuarios que comparten una misma cuenca hidrográfica. Por otro lado, tomar acciones para la protección, recuperación, restauración y mejoramiento de los ecosistemas de las cuencas hidrográficas que actualmente enfrentan un deterioro ambiental avanzado. En todo este proceso es importante fomentar en la comunidad una nueva cultura del agua, bajo criterios de su uso racional y sostenible.
En cuanto al marco legal del sector recurso hídrico, urge la revisión de la legislación vigente. El Decreto Ley 35 sobre el uso del agua data del año 1966, por lo que se requiere su actualización para que tenga un enfoque de gestión integrada del recurso hídrico. También es recomendable reglamentar y hacer operativa la Ley 44 de 2002, para el manejo, protección y conservación de las cuencas hidrográficas de nuestro país. Sin embargo, para la correcta aplicación de la normativa es necesario el fortalecimiento de los sistemas de control y fiscalización, por parte de la autoridad competente, con el fin de asegurar la disponibilidad del recurso hídrico para las futuras generaciones.